La mayoría de sus esculturas son delicadas y duran tan siquiera un momento. Muchas otras buscan la supervivencia y la permanencia entre la naturaleza, las cuales están echas de piedra. Las obras de Goldsworthy están unidas por sus diálogos profundos y multifacéticos con la geometría, la naturaleza, el lugar, los rituales, el trabajo y el tiempo que se expresa a través de varios vectores: lo real, lo vivencial, lo temporal, lo geológico, histórico y cosmológico.
Sus obras de arte rompen con el orden de la naturaleza, creando un desequilibrio, ocasionando un caos que al fin y al cabo construye una armonía única entre aquél balance perfecto de lo natural. Lo caótico de sus obras acaban rompiendo y atrapando el orden de la naturaleza.
Goldsworthy sin duda alguna logra remontarnos a los lugares que imaginábamos cuando éramos pequeños, esos lugares remotos que ocupaban nuestros pensamientos, únicos e irrepetibles. Sus obras están plagadas de ese aire fantasioso, ese toque mágico que encontramos constantemente entre los paisajes y las obras de arte de la naturaleza. Sus materiales, tan naturales como su estudio, hacen de su obra un juego y una interpretación del espacio-tiempo, de la temporalidad, del propio tiempo que muchas veces arrasa con sus obras, jugando con ellas.
Sin duda alguna este artista mágico nos hace pensar en la autenticidad de la naturaleza, su gama de colores, su perfecta geometría, su fragilidad, y sobre todo resalta la belleza dentro del orden y el caos.
Las obras de este artista no están a la venta debido a la naturalidad y la temporalidad de sus obras, además creo que iría en contra de todo lo que busca este gran artista, rompería con la naturaleza detrás de sus grandes lienzos a base de nieve y lodo, de flores y ramas.
Fuentes:
http://en.wikipedia.org/wiki/Andy_Goldsworthy
Andy Goldsworthy at Decordova, DeCordova Sculpture Park and Museum, Lincoln, Massachusetts.
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