- Mary Miller, profesora de la Universidad de Yale. Dirige el estudio de los murales.
Bonampak es un sitio arqueológico maya ubicado en la Selva lacandona, en el municipio de Ocosingo, en el estado de Chiapas, México, a unos 30km al sur de la gran ciudad maya Yaxchilán. Construída entre los años 580 y 800 d.c.
Su nombre significa "Muros Pintados". Es un sitio maya del período Clásico, su auge se registró entre 650 y 850.
La zona arqueológica fue descubierta por Giles Healy (cineasta y fotógrafo americano), en 1946 fue llevado por un maya lacandón al sitio arqueológico. En Bonampak existen varios edificios de tamaño mediano que circundan la plaza central, poseen estelas labradas. El lacandón llevó a Healy al Templo de los murales, estructura I. El cineasta quedó asombrado por tal descubrimiento.
En 1948, se realizó una expedición del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Las paredes fueron limpiadas con queroseno, que volvió temporalmente transparente el recubrimiento y las pinturas fueron fotografiadas extensivamente.
No fue hasta 1996 donde comenzó el proyecto de Documentación de Bonampak, llevado por los investigadores de la Universidad de Yale. Utilizando nuevas tecnologías, basadas en computadora y en fotografía, se logró un mejor rescate y una mucho mejor resolución en la reproducción de los murales. La limpieza y la reconstrucción tomó alrededor de tres años.
Esto ocasionó que Bonampak adquiriera una fama mundial.
Los murales datan del año 790 y fueron realizadas con una compleja técnica donde sobre un fresco de cal se aplicaron pigmentos en un medio de agua cal mezclado con un aglutinante orgánico.
En el Templo de los Murales se encuentran tres cuartos, en los cuales se encuentran los majestuosos murales de Bonampak.
- El primero representa una procesión de sacerdotes y nobles.
- El segundo muestra una escena de guerra, con prisioneros a los que les son arrancadas las uñas de los dedos de las manos.
- El tercer cuarto muestra una ceremonia con bailarines usando máscaras de dioses y la familia gobernante perforándose la lengua con agujas de maguey.
Los murales tienen una conservación asombrosa gracias a las acumulaciones calcáreas y de sales sobre la superficie de los murales, impidieron el desprendimiento de las paredes.
Muchos le han llamado a Bonampak como "La capilla sixtina mexicana".
Espinosa, Agustín, Mauricio Rosas, Beatriz Sandoval y Abelardo Venegas, Bonampak, Citicorp, México, 1998.
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